Isabel Sanchís presentó en Mercedes-Benz Fashion Week Madrid su colección para el verano de 2026, una propuesta que se erige sobre dos pilares: la influencia de los volúmenes arquitectónicos y la convivencia propia de la cultura nipona. La pasarela se convierte así en un espacio de diálogo entre valores opuestos —tradición y modernidad, estructura y fluidez, disciplina y desafío— que confluyen en un relato estético que mira al pasado y al futuro.
Inspirada en fresnos y murales japoneses, la colección despliega tejidos con estampados y bordados que remiten a un imaginario natural y cultural reinterpretado con sensibilidad contemporánea. Los verdes, naranjas y rosas suaves impregnan vestidos vaporosos y piezas de prêt-à-porter donde los microplisados artesanales acompañan el movimiento con delicadeza.
El cierre, marcado por la sobriedad del blanco y negro, refuerza la identidad de la firma y proyecta una visión más experimental. Bordados geométricos, vestidos moldeados sin costuras y flores generadas con impresión 3D dialogan con prendas en silicona que evocan una suspensión del tiempo. La colección reafirma así la tensión fértil entre lo orgánico y lo tecnológico.
Un ejercicio de síntesis entre tradición cultural y vanguardia formal que condensa la esencia de la firma en un gesto poético y contemporáneo.