En el marco de Madrid es Moda, la plataforma The Circular Project ha organizado una exposición y una jornada de reflexión englobadas bajo el título "Smart Fashion = Slow Fashion. Madrid: Objetivo de Desarrollo Sostenible". En la sede de El Paracaidista, 17 marcas de moda sostenible nacionales e internacionales han expuesto sus piezas, que se corresponden con los 17 objetivos de desarrollo del milenio marcados por la ONU.
Por otro lado, el sábado 27 de enero tuvo lugar una jornada sobre dicha temática en la que se planteó cómo la moda es una herramienta imprescindible para conseguir un mundo más igualitario y sostenible. La jornada comenzó con Paloma G. López, fundadora de The Circular Project y presidenta de la Asociación de Moda Sostenible de Madrid, afirmando que no nos podemos permitir el lujo de perder más tiempo debido a la alarmante situación medioambiental. "El diseñador del futuro será sostenible o no será”, aseguró, al tiempo que admitía, "nos definimos como moda slow, pero lo cierto es que tenemos muchas prisa por cambiar las cosas".
"Reivindicamos el concepto de smart fashion porque la moda tiene que hacerse 'inteligente' en sentido amplio. La innovación en fundamental, empezando por la búsqueda de nuevos materiales reciclados o ecológicos, pero hace falta también un cambio fundamental en el sistema de producción, que empieza por la mesa de diseño".
A continuación, intervino José Illana, de la agencia Quiero, que comenzó con una premisa sobre la capacidad transformadora de la moda: “La moda es mucho más que una industria, es un lenguaje y una forma de expresión que llega al corazón de la gente. Tenemos que aprovechar la capacidad de la moda para emocionar a los consumidores y convertirla en un catalizador del cambio”.
Por otro lado, la biotecnóloga Yunaira Méndez habló de los nuevos y sorprendentes materiales que están revolucionando el mundo de la moda, desde tejidos procedentes de cáscaras de naranja, cocos o piñas, a hilos obtenidos a partir del ADN de las telarañas. Yunaira mostró cómo marcas internacionales están invirtiendo en investigación para crear nuevos tejidos inteligentes que se adaptan a las necesidades de las personas, a la vez que son respetuosos con el medio ambiente.
Un buen ejemplo es lo que está haciendo la marca española Sepiia, proyecto que pudimos conocer de primera mano con la intervención de su fundador, Federico Sainz de Robles, que presentó la camisa "made in Spain" diseñada para durar, adaptada a la anatomía humana y con un mínimo de mantenimiento: antimanchas, no necesita planchado y no retiene los olores, además de ser transpirable y elástica.
Artesanía, sostenibilidad y moda inteligente van de la mano: tenemos que volver a la moda con propósito y con alma para conseguir el cambio. Son palabras de Susana Nakatani, diseñadora, que también señaló la importancia de que la moda inteligente llegue a todas las personas por igual, sin elitismos.
Desde Estados Unidos, la periodista y activista Ruby Veridiano, al frente de Remake, hizo una llamada al empoderamiento de las mujeres a través de la inaplazable transformación del mundo de la moda. La ropa no cambia el mundo, lo cambian las mujeres que la hacen. Presentada y traducida por Mariel Jumpa de Slow Fashion World, señaló la necesidad de que la moda esté incluida en la agenda feminista. Para conseguir el Objetivo de Desarrollo Sostenible de la equidad de género hay que tener en cuenta que “la fast fashion empodera a unas mujeres a costa del trabajo esclavo de miles de otras. Tenemos que conectar con ellas y contar sus historias con dignidad”.
En su intervención, la diseñadora Sylvia Calvo, también presidenta de la Asociación de Moda Sostenible de Barcelona, señaló que la clave está en el diseño a la hora de convertir la economía lineal en economía circular. "La economía circular es el tren que está pasando delante de nosotros y al que tendrán que subirse todas las empresas. Estamos consumiendo ya los recursos de un planeta y medio, e hipotecando a las futuras generaciones".
Roosmarie Ruigrok señaló la importancia de la cooperación entre las distintas iniciativas: la colaboración entre países es fundamental para que la moda sostenible avance, pero siempre mirando a la recuperación de la producción local, concepto inherente a la moda sostenible.
La jornada concluyó con una mesa redonda, a la que asistieron algunas de las organizaciones y empresas más comprometidas con la sostenibilidad, caso del British Council (Ludovic Assemat), Greenpeace (Celia Ojeda), Oxfam (Alberto Abad), las Asociaciones de Moda Sostenible de Madrid y Barcelona y Ecoalf (Carol Blázquez).
Todos coincidieron en que el fast fashion empobrece a toda la cadena. El cambio en el que estamos trabajando llevará a que la sostenibilidad sea la norma y no haga falta señalar en la etiqueta que una prenda es sostenible, de tal manera que la oferta sea lo suficientemente flexible como para llegar a todos los rincones del sector textil y alcanzar a todo el público (incluida la alta costura). Asimismo, quedó patente el hecho de que la moda sostenible tiene que comunicar la autenticidad de los proyectos sostenibles y usar las mismas armas que las multinacionales, elemento clave para llegar al gran público.