"Hay otra manera de hacer las cosas, y no por hacerlas de manera sostenible tiene que ser aburrido o feo… ¡es un mundo apasionante e innovador!”, defiende con convicción Paloma García. Presidenta de la Asociación de Moda Sostenible de Madrid y fundadora de The Circular Project, ha dirigido para el Festival la Madrid es Moda Sostenible en la Biblioteca Pública Municipal Eugenio Trías el día 15. El encuentro arranca con una mañana de networking y difusión de las últimas iniciativas del sector, que culmina con la presentación de la plataforma internacional Slow Fashion World. La tarde tiene una programación de talleres dedicada a ver en vivo cómo respira la moda sostenible.
¿Por que la ropa es un pilar fundamental de la economía sostenible?
La industria textil es una de las más importantes del mundo y por ello tiene un potencial transformador de la economía brutal. ¡Todos vamos vestidos de la mañana a la noche, nos guste o no la moda! Al ser la segunda industria más contaminante del planeta, si conseguimos revertir esto transformando sus procesos, controlando la cadena de suministros y reduciendo sus impactos, conseguiremos transformar la sociedad en su conjunto.
¿Cuáles son las características básicas para que una prenda se pueda calificar como sostenible?
Una prenda sostenible tiene que tener un triple impacto positivo: ecológico, económico y social. Los tejidos deben reducir sus emisiones a la atmósfera desde el mismo momento de su cultivo. Esto se logra bien con cultivos orgánicos sin pesticidas ni herbicidas, bien reciclando los ya existentes, alargando el uso de nuestras prendas, luchando contra la obsolescencia programada… Por otro lado, tienen que estar garantizadas unas condiciones dignas para los trabajadores de la cadena de suministros. Esto incluye no solo riesgos laborales o el derecho a sindicarse sino también unos salarios dignos que les permitan una buena calidad de vida. Todo esto da como resultado un claro impacto económico.
España es una potencia textil, sobre todo en la pronto moda (fast fashion). ¿Qué reflexión deberíamos hacer como país?
La reflexión está clara: venimos de una tradición textil importante, éramos famosos por la calidad de nuestros tejidos y todo eso lo hemos perdido con la externalización de la industria hace más de 30 años, que nos ha colocado a la cabeza del mundo. Si somos capaces de esto, también lo seremos ahora revirtiendo el proceso y mirar hacia la sostenibilidad y la ecología como un reto. Yo vengo de Béjar y es una pena que hayamos cerrado todas nuestras fabricas con lo que ello supone de pérdida de tradiciones, pero también de mano de obra y empobrecimiento general.
Después de la crisis, anécdotas como las colas en el Primark hablan de un consumo compulsivo precisamente entre los más jóvenes, quienes parecerían más cercanos a los parámetros de la sostenibilidad (igual es un tópico). ¿Es así también en otros países? ¿Qué se puede enseñar a los adolescentes y jóvenes, inmersos en su propia shopping fever?
Si, yo creo que es generalizado en todo el mundo, salvo contadas excepciones como pueden ser los países nórdicos. No interesa que los jóvenes, los cuales serán futuros consumidores, abracen la mesura que lleva consigo la moda sostenible, ya que esto supone un freno al consumismo al que se les aboca, se les bombardea con miles de mensajes a diario para fardar ser cool, donde solo prima la apariencia el envoltorio, el continente antes que el contenido. No hay una cultura ni una educación desde pequeños en nuestras escuelas. Es fundamental que haya una materia obligatoria al respecto, al estilo de la que ya existe en Canadá, para tomar conciencia de dónde viene la ropa, como se fabrica, que implicaciones sociales y ambientales tiene.
¿Qué les dirías a quienes opinan que… reciclar no tiene glamour?
Les enseñaría las cosas tan maravillosas que se están haciendo con upcycling.
…los tejidos sostenibles son toscos?
En absoluto, son de una calidad altísima y mejores y más suaves que los convencionales.
…comprar (así sea sin medida) es un acto de libertad?
Tenemos más poder como consumidores que como votantes, cada vez que consumimos un determinado producto estamos dando fuerza a esa empresa para que siga haciendo las cosas de esa manera. Nosotros decidimos con nuestro dinero a quién queremos apoyar y esto lo tenemos que tener presente todos.