¿Qué decimos exactamente cuando hablamos de slow fashion o de moda sostenible? Ambos conceptos se han convertido en el mantra de la moda, los invitados a todos los discursos, el perejil de todas las salsas...Tanto se usan, y en muchas ocasiones tan en vano o de manera tan vacía, que, a veces, aparece el temor de que terminen perdiendo todo su contenido; y sin embargo, esa banalización no es algo que podamos permitirnos, a no ser que queramos que nuestro planeta tenga un futuro apocalíptico moldeado a la manera de Mad Max.
Precisamente en esta última semana he podido presenciar dos maneras de abordar lo sostenible en su pleno y más profundo sentido, siendo dos formas de hacerlo que, aunque parecen en principio muy alejadas, resultan afines y complementarias.
Me refiero por un lado a Helena Rohner y sus piezas de joyería en 3D realizadas en colaboración con Comme des Machines, y por otro a la presentación de una colección artistica de bodies de Leandro Cano creados por ocho artesanos diferentes.
En el primer caso, el de Rohner y Comme des Machines, el diseño de joyas y la impresión digital se han hermanado en una colaboración ejemplar en varios sentidos: porque enlazan artesanía y digitalización; porque aplican nuevos materiales a oficios tradicionales y, at last but not al least, porque la no generación de residuos es uno de los pilares de sus creaciones.
Helena Rohner, una diseñadora de joyas con 25 años de oficio a sus espaldas, está fabricando la mayor parte de su producción actual en PLA, un biopolímero vegetal biodegradable elaborado con dextrosa (azúcar) y procedente de productos como el maíz, la remolacha o el trigo. Estas joyas, tan delicadas visualmente como siempre, las “imprime” la empresa vizcaína Comme des Machines, pioneros en impresión 3D aplicada al diseño de moda, y que han colaborado con otros jóvenes creadores como Palomo Spain o Moisés Nieto. Esta manera de producir es flexible, rápida, permite la personalización y no genera stocks, ya que no exige mínimos de compra de piezas. Como bien analiza Carmen Mañana en un reciente artículo, “juntos abanderan lo que han dado en llamar artesanía digital, una alternativa de futuro —en términos de sostenibilidad y negocio— que, en sus manos y máquinas, ha demostrado tener tanto potencial creativo como comercial.”
En el caso de Leandro Cano, su intención es poner en primer plano la belleza, destreza y modernidad de las artesanías tradicionales. Los 8 bodies que acaba de presentar en la embajada de España en París ante la prensa internacional son reinterpretaciones de su trabajo llevadas a cabo por artistas-artesanos del esparto, cerámica, bordado, macramé, punto o tejido de lana. Desde Úbeda, Cádiz, Jaén o La Rioja, pasando por Galicia o El País Vasco, estas piezas son en sí mismas un recorrido por lo mejor de las artesanías del estado, y han sido realizadas por profesionales en su mayor parte jóvenes. El resultado es rabiosamente moderno aunque se hayan realizado a la manera tradicional. La mano del artesano es la base de estas creaciones. Para Leandro, “es una declaración de intenciones y una llamada de atención al mundo ante la impetuosa necesidad de conservación y difusión de parte de lo que considero Patrimonio Español”.
Con su manera de trabajar, tanto Helena como Leandro entienden la moda y sus procesos en el mismo sentido, aquel en donde lo sostenible, la sabiduría de los oficios, la pieza personalizada y el consumo reflexivo contribuyen de manera decisiva a un mundo mejor y más humano. La moda tiene mucha responsabilidad y mucho que decir en todas estas cuestiones.
Fotos: Juan Jerez y Juan Carlos de Marcos