A las 10 horas en punto del pasado viernes el consejero comercial llegó a la residencia del embajador, se quitó la chaqueta y se puso a desmontar y embalar maniquíes. Así, sin que se le moviera una ceja, y no era la primera vez que lo hacía… Santiago Mendióroz, el responsable máximo de la Oficina Económica y Comercial de la Embajada de España en Francia, junto a su equipo (Philippe Daifeli y Vicente Mañes), becarios incluidos (Anais, Jon, las dos Adriana, Ainhoa, Beatriz y Elvira), ya se habían entrenado en esta dura tarea en la anterior edición de Made in Spain: La Mode au delà des Frontières. Sin su ayuda, y no me refiero tan sólo a ese trabajo físicamente extenuante, no hubiéramos podido llevar a cabo esta acción que, aunque tiene formato de exposición (breve, tan sólo dos días) es en realidad una operación de networking entre las marcas de los asociados de ACME y el entorno de moda francés, tanto prensa especializada como agentes y centrales de compras radicadas en la capital gala. Sin su ayuda y sin la de la embajada en pleno, con Ramón de Miguel, el embajador, al frente, seguido de la consejera diplomática, Elena Pérez Villanueva, y tantos otros (Amable, Jose Luís, Margarita, Aquilino, Lorenzo, Ricardo…). La lista es mucho más larga y nunca lo agradeceremos bastante.
El caso es que en los dos días pasaron por la embajada más de 400 personas, entre ellas, una gurú de la moda internacional, Diane Pernet, que se pasó un buen rato analizando una a una todas las piezas expuestas, y que me pidió un dossier con mucho interés. El director del Museo Galliera, Olivier Saillard, que es uno de los especialistas en moda contemporánea más importantes del mundo, fue otro de los que analizó una a una las prendas, y cuando le declaré sin pudor mi entusiasmo por su trabajo –la muestra de Jeanne Lanvin que en estos momentos se puede ver en el Galliera es espectacular-, me confirmó que está muy interesado en hacer una exposición sobre la moda española. Ojalá encuentre la financiación que le hace falta.
Revistas como Elle, Grazia, Biba, Madame Figaro, Nouvel Observateur o Paris Match, también hicieron acto de presencia, y lo que es muy importante, compradores de grandes almacenes de lujo como Bon Marché, Franck&Fils o Takashimaya. Y si citamos a nuestros “grandes españoles por el mundo”, que también nos acompañaron, tuvimos entre nosotros a la modelo Violeta Sánchez, que me contó que estaba a punto de venir a Madrid para hacer una sesión de fotos con una reconocida revista de moda; Miren Arzalluz, historiadora de la moda y curator que fue directora del Museo Balenciaga y que en estos momentos tiene entre manos más de un proyecto importante, o al internacionalmente conocido Vincent Moustache, cuyos dibujos ilustran este blog y que ha hecho trabajos para Delpozo o el grupo LVMH, Zara, Mango, Editorial Planeta... Observó y nos dibujó mientras bebíamos cava, vino Marqués de Cáceres y comíamos jamón de Dehesa de Extremadura y Torta del Casar.
Al día siguiente, en la capital francesa se inauguraba con una gran fiesta el nuevo hotel del grupo español Meliá en la zona de La Défense, y en el Grand Palais se formaban inmensas colas para ver la exposición de Velázquez. Indudablemente, París tiene un toque español cada vez más acentuado. Lo nuestro sólo ha sido un granito de arena, pero amenazamos con volver a hacerlo el próximo año. En su despedida al equipo de ACME, el embajador nos conminó a ello. Al fin y al cabo, como él mismo dijo en su discurso de bienvenida a los invitados, la moda española exportó 2.400 millones de euros a Francia en 2014, frente a los 1.300 millones que los diseñadores franceses exportaron a España.
Ilustraciones de Vincent Moustache[:]