“Querido David,
Parece que fue ayer cuando tu madre nos llamó para que te diésemos consejos para trabajar en este apasionado y complicado mundo de la moda. Llegaste a triunfar marcando un estilo muy personal y transgresor.
Siempre tuvimos mucha empatía, pues eras de carácter muy dulce y cariñoso. Las veces que hemos podido estar juntos nos hemos reído y nos hemos demostrado mutuamente el afecto.
No hace mucho que te llamamos para preguntarte cómo te encontrabas y nos transmitiste mucha positividad y ganas de luchar sin perder la fe en Dios, y la esperanza de salir de esa difícil batalla.
En estos momentos sentimos mucha tristeza por tu marcha, pero estamos convencidos de que a partir de ahora estarás con todos los que te hemos querido más que nunca".
Victorio y Lucchino