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02 enero 2019 - Blog

Una declaración de intenciones

Es innegable que la reina Letizia está sometida a un escrutinio severo en cada uno de sus actos públicos y que gran parte de lo que se escribe sobre ella tiene que ver con su apariencia y no con sus actos. Algo, no olvidemos, que no ocurre con el rey… Pero más allá de lo desproporcionado de esta presión mediática centrada en su imagen, lo que está muy claro es que en sus apariciones cumple un papel institucional relevante de representación de nuestro país. Es por ello que desde hace tiempo se le reclamaba que sus atuendos reflejaran la diversidad y la creatividad de la moda española de diseñador sin centrarse en una sola marca. Y así lo ha hecho en el 2018. En el último año hemos podido ver cómo ha ampliado el abanico e incorporado nuevas e interesantes firmas a su guardarropa. Despidió el 2017 espectacular con un look de Delpozo. Era la primera vez que lucía un diseño de una de las firmas españolas más internacionales del momento. Todo un acierto también al rescatarlo para un viaje muy especial a París, en el que visitó junto a los Macron la exposición de Joan Miró en el Grand Palais. Este fue sólo un anticipo de las novedades que nos depararían los estilismos reales para el 2018.

Doña Letizia no sólo ha innovado en las marcas sino en el colorido, apostando por tonalidades menos sobrias. Ha sido el caso del traje sastre rojo de Roberto Torretta que lució en la conmemoración de las capitulaciones de Valladolid. Con esta elección mostraba su apoyo a un diseñador reconocido con uno de los Premios Nacionales de la Moda del Ministerio de Industria, haciendo así un guiño a unos galardones a los que asiste desde su primera edición.

En su armario también han entrado firmas de gran tradición en la moda española como son Ángel Schlesser o Pedro del Hierro. De este último son un mono azul marino con capa que acaparó todos los flashes en una noche de gala del Teatro Real y el vestido de cuadros que llevó en la celebración del 200 Aniversario del Museo del Prado.

De auténtica revolución estilística podríamos calificar el vestido azul noche bordado en perlas, firmado por Ana Locking, que usó para la cena de gala en honor al presidente de Portugal. Era la primera vez que la reina apostaba por una firma de diseño de autor tan vanguardista.

Otra firma a la que es muy fiel ya antes incluso de ser reina es Adolfo Domínguez, que forma parte de su fondo de armario y que elige para sus estilismos más casual, sobre todo en sus apariciones veraniegas en Mallorca.

En cualquier caso, en este 2018 ha vuelto a demostrar que sabe mezclar a la perfección las firmas de diseño de autor con prendas low cost, y que las nuevas marcas que han entrado en su guardarropa se han mezclado con sus ya habituales apuestas por Nina Ricci o Carolina Herrera, propiedad ambas de un grupo español. La reina ha hecho de su ropa una declaración de intenciones: la moda española importa.

Artículo publicado en El Mundo el 15 de diciembre de 2018

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