"Mi amigo David me hacía reír siempre, desde que nos conocimos hace veinte años. De hecho, muchas veces acabábamos llorando de la risa. Era una de sus especialidades: en esas reuniones en las que todo el mundo anda estirado, él salía con la broma adecuada para restar importancia a todo.
Era una persona única, muy carismático. Me siento afortunado por haber coincidido con él en el trabajo y en la vida. Le voy a echar mucho de menos".
Juan Duyos