De vuelta en la ciudad de Nueva York, Palomo Spain presenta su colección AW23 en la Semana de la Moda de Nueva York, tras una indagación estética en una etapa de la infancia en la que el diseñador contextualiza las primeras capas deformación de nuestra personalidad y nuestras primeras interacciones con la vestimenta, que muchas veces tiene lugar explorando de forma furtiva el armario de nuestra madre.
El niño Palomo está experimentando, aún sin saberlo, con las barreras de la convencionalidad de género, jugando con toallas, pañuelos de seda, edredones, mantas y otros elementos de la casa para construir una imagen elevada de uno mismo que coquetea con lo queer.
El dramatismo y la grandilocuencia estética que caracteriza el trabajo del diseñador, presente en voluminosas piezas en forma de abrigos que recuerdan a cocoons creados a partir del edredón de la casa de un muy joven creativo, conviven con piezas más sencillas que corresponden al ejercicio más street de la casa.
De vivos colores que nos trasladan a un Alicia en el País de las Maravillas gay, un delicado trabajo con los drapeados en topsy largos vestidos que el estilismo a cargo de Alicia Padrón se combina con finas camisetas de mesh, blusas confeccionadas con vortexs de telas en print florales, bufandas en un knit con reminiscencias rústicas y minifaldas de pelo (artificial) que alargan la figura del modelo aportando un nuevo soplo (aún más) fashionista a la propuesta del diseñador.
Para los accesorios, Palomo recupera las siluetas más representativas de la casa otorgándole nuevas cromáticas, en el caso del bolso maletín “Castellana”, y lanzando a nuestro wishlist una selección de zapatos de tacón en versión loafer, botín y botam, que contrastaban con otros modelos de la firma Puma, el más reciente colaborador de Palomo.