"Es moda, pero está más cerca de la escultura", confesaba el diseñador Miguel Marinero sobre su exposición Del Arte, del Artista y del Territorio, en el Museo Nacional de Artes Decorativas hasta el 24 de abril. Se trata de una colección formada por 29 prendas confeccionadas por Marinero a partir de la intervención del escultor Agustín Ibarrola en la escollera del puerto marinero de Llanes, Asturias, conocida como Los cubos de la memoria.
La obra de Ibarrola supone una fusión de los elementos característicos del artista con la memoria cultural e histórica de la zona. Marinero la aborda con el punto de vista de la moda para transformar cada pieza poliédrica soñada por el escultor en creaciones de dimensiones humanas. “Siento el deseo de despegar meticulosamente cada una de las caras que construyen las escolleras; están llenas de vida, y esas vidas quiero confeccionarlas y convertirlas en prendas de piel”.
Así, cada prenda de cordero dibujada, cortada, teñida, cosida y pintada a mano, guarda una historia propia que conjugan tres universos paralelos: creador, obra y lugar. Piezas que "no son para vestir", como señala Marinero, sino para ser disfrutadas como esculturas de un recuerdo y una reflexión en colores, texturas y formas.